El conflicto con Marruecos, ha destapado una realidad que parecía aletargada en la tierra de nadie, que separa las fronteras. La pugna esta mas bien entre Francia y España y su trasfondo es meramente económico. Podríamos enfocarlo por ahí, y hablar sobre las multinacionales francesas y españolas que se asientan, cada vez en mayor número, en Marruecos, participando de la explotación humana, y del expolio de sus riquezas, con el beneplácito, del rey marroquí; digamos que se parece a una subasta y Mohamed VI, es quien la dirige. El mazo aun no ha golpeado la madera y la subasta sigue abierta; mientras la población se muere de hambre, hay quienes negocian esa miseria para enriquecerse y los usureros no están solo dentro de Marruecos, el colonialismo solapado, que ejercen sobre este país Francia y España (España lo ejerce más abiertamente, no nos olvidemos de Ceuta y Melilla) merma seriamente las posibilidades de evolución de esta nación, que sometida a un reinado bien alimentado por estas potencias europeas, se ve incapaz de dirigir su destino. Es una cuestión de negocios y el patriotismo que enarbola ahora la derecha de Rajoy o la serenidad que reclama, la izquierda del gobierno de Zapatero no es otra cosa que un juego de intereses.
Si, este sería un buen enfoque y seguro que daría mucho de sí, pero hoy, prefiero irme por los derroteros de lo humano, y atender a lo que dentro de esa realidad subyace:
Marruecos, un país inmerso en una cultura totalmente distinta a cualquiera que podamos encontrar en Europa, un país musulmán que se rige por leyes arcaicas y caducas, y cuyo leitmotiv es la desigualdad y el maltrato continuado.
Es un país hermoso y sus gentes son amables y cercanas, pero, el analfabetismo, el alto grado de jerarquización, tanto en el plano estatal como en el familiar circunscrito en el patriarcado, la pobreza, y el escaso grado de oportunidades, lo convierte en el perfecto caldo de cultivo para el extremismo islámico.
Marruecos, un país, en el que los derechos de la mujer son atropellados a diario con el consentimiento expreso del estado que lo rige; un dato miles de niñas comienzan su vida laboral como empleadas domesticas, a los cinco años, si bien, las leyes de este país, prohíben trabajar a los menores de 15 años, el incumplimiento es común y la permisividad frente a este quebrantamiento de la ley evidente.
En definitiva, Marruecos, un país y una monarquía más próxima a las practicas feudales, que a los estándares democráticos.
El Cesar no parce agusto, las cotradiciones lo delatan.
A.M.G
No entiendo como para unas cosas son diplomáticos y para otras destructores.
ResponderEliminarEstamos concienciándonos contra el maltratador cero y sin embargo para con otros países cuya cultura es como bien dice este articulo por leyes arcaicas y caducas, y cuyo leitmotiv es la desigualdad y el maltrato continuado.
(Personas que en algún momento de sus vidas pueden y de hecho ya lo hacen, vivir en nuestro país.)se tiene que ser diplomático. yo en si, estoy de acuerdo con tener que ser diplomáticos, pero seamos coherentes para todo.